jueves, 12 de octubre de 2017

REPORTAJE AL POETA ALBERTINO CLAUDIO ARMANDO PÉREZ GANADOR DEL I CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA A DIEGO ARMANDO MARADONA

Cómo definiría el arte poético?
El arte poético es la búsqueda de la belleza o el oficio de lo bello en un mundo extraño y hostil.  
Podría relatarnos un poco de su autobiografía literaria y qué lo atrajo del mundo de las letras?
Fin del año 1988, disgustado con el mundo en que vivía, y habiendo leído casi toda la obra de Ernesto Sábato, fui a buscarlo, cual sediento que vislumbra un oasis en el desierto. Le dije, textual, Don Ernesto, este mundo es una mierda, quiero ser escritor.
Don Ernesto sonrió, me abrazó, y me hizo pasar a su casa de Langeri 3135 de Santos Lugares. Me preguntó qué libros había leído. Le dije de varios, entre ellos Cien años de soledad, Rayuela, etc, etc, y le dije los de su autoría, y que me faltaba Abbadón el Exterminador, y me contestó: "No, los mío no, que no sirven para nada".
Lo he tratado mucho, no creo que exista en el mundo un hombre más humilde que Ernesto Sábato. Después te cuento otra anécdota. Me dijo "bueno, vos querés ser escritor, yo te voy a comenzar a dar obras que tenés que leer sí o sí disciplinadamente. Ahora verás que era una disciplina caótica. Me dio: Los Diálogos de Platón, pero completos, me advirtió; no De la República nada más, como hacen la mayoría que leen a Platón, que es el de menos valor. Y esa primera vez me dio tres libros más, entre ellos El Trueno entre las hojas, de Roa Bastos. Me dijo "los libros tenés que comprarlos, sí o sí, y guárdalos para toda la vida. Me señaló "acostúmbrate en las primeras dos o tres hojas en blanco del libro a hacerte tu propio índica. Por ejemplo pon página 11 Platón dice de la virtud tal cosa, así dentro de unos años no tienes que leerte todo el libro para encontrar una frase que te anda rondando en la cabeza que sabes está en ese libro u obra". Eran 4 o 5 obras por ves que me daba. Siempre pasaban 45 o 60 días hasta que podía volver a llamarlo para ir a verlo y me siga dando libros para leer. Sábato apuntaba a los clásicos. Varias veces me dijo "para instruirse hay que ir a los clásicos, porque clásico es ser aprobado por varias generaciones" Me formó de modo ecléctico. Y de los cuatro o cinco libros que por vez me daba, te saltaba de Suetonio a Camus, de Aristófanes a Sarte, de San Agustín a Gide o el Dante. Te saltaba del siglo V antes de Cristo a Galeano.
Así 21 años hasta su muerte, y nunca me dijo "a ver, tomá un papel y escribí algo que quiero ver cómo escribís". Era un convencido que para escribir algo bueno tenías que tener un buen bagaje cultural. La primera novela de él (La fuente muda) la quemó. Y él sabía que Borges se horrorizaba cuando le decían que habían leído los dos primeros libros que publicó. Sábato vivía a una cuadra y media de la estación de trenes de Santos Lugares. Tres veces me acompañó caminando hasta la estación. Una vez lo conoció una mujer, que lo abrazó y lo besó, y le dijo "grande maestro", bueno, bueno, dijo él. Y cuando nos alejamos caminando me dijo ¿maestro en qué? Un fenómeno increíble Don Ernesto. La esposa, Matilde, era buenísima y escribía poemas. Ernesto Sábato me hizo leer todo Cicerón, que comenzó a escribir filosofía al morirsele una hija en el parto. Cicerón dice, entre otra de las tantas verdades "es deber de todo hombre saber de historia". Leer Rousseau, su Contrato Social, el uno para todos y todos para uno, tan olvidado en estos tiempos. Leer su Emilio o la educación, extraordinaria obra. Y leer El Diccionario Filosófico de Voltaire.
Respecto de mi estilo, me defino como el poeta de la utopía. No tengo problema con los géneros. Sábato me dijo una vez "es bueno para el escritor no tener problema con los géneros". Influyeron en mí los clásicos de todos los tiempos. El Averno del Dante es fascinante. Virgilio es extraordinario. Cervantes... fue el mejor humorista de la humanidad.
El poema que más me gusta es Timón de Atenas, de Shakespeare.
Creo que mi obra mejora a través del tiempo. Y uno no tiene que estar conforme nunca con su obra, tal como Virgilio. Para mí poeta se nace y se hace.  Yo daría como concejo leer 20 o 30 años antes de escribir. Si no se lee cinco o seis horas por día, el escritor o la persona no tiene prosa, menos poesía.
Editar es muy difícil, porque Argentina es un país que desdeña la cultura. Con dejar dos o tres obras que perduren en el tiempo me conformo. Sábato me dijo "lo más difícil es perdurar en el tiempo, de allí ir a los clásico, lo seguro. Recomendaría leer Los Diálogos de Platón, completos, La Odisea, La Ilíada, Los Nueve Libros de la Historia de Heródoto, La Eneida, El Demonio de Sócrates de Apuleyo, La Ciudad de Dios de San Agustín, el hombre más culto del mundo, sin duda, La Divina Comedia, leer todo Shakespeare, leer el Quijote, que era el primer libro que censuraban los dictadores, leer Las Venas Abiertas de Galeano y leer Los Profetas del Odio de Jauretche. Y después suicidarse.

No utilizo los nuevos canales de comunicación

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