2° Premio
Poesía: Soneto a un soldado de Malvinas
Autor: Jorge Alberto Castañeda
Valcheta (Provincia de Río Negro)
SONETO A UN SOLDADO DE MALVINAS
Soldado de mí Patria muchacho de
Malvinas
de bronce tu coraje combatiente
de Abril.
nimbada fue tu frente por el frío
y las neblinas
entre la turba negra los
crustáceos y el kril.
Tus manos escarchadas subiendo
las colinas
la metralla arisca del enemigo
hostil
la artillería entre luces ya
mortecinas
y el disparo fatal y aleve del
misil.
Ha de cuajar tu gesta colmada de
coraje
soldado de mi Patria dormido con
la gloria
con toque de clarines y salvas de
homenaje.
Nunca habrá de menguar tu paso
por la historia
hasta ver a las Islas libres de
todo ultraje.
soldado de Malvinas: seremos tu
memoria.
3° Premio
Poesía: Plegaria de un Soldado Herido
Poesía: Plegaria de un Soldado Herido
Autora: Irene Mariel Ruth Farias
Necochea
Plegaria de un soldado herido
¡Oh Dios! Quiero creer en ti en esta tarde negra…
Si bajas tus ojos desde el cielo y me ves herido
en la trinchera, no me lleves aún
que quiero hablarte
Contarte de esta guerra que no entiendo
pero acato con mi vida al regimiento.
Hablarte de mi madre que sufriendo
me despidió con tanto amor esa mañana,
hablarte de mi padre que también espera ansioso mi regreso…
Si supieran a qué lejano lugar
nos trajeron
a defender con hombría
esta patria tan nuestra, tan mía…
Jamás imaginé viajar tan lejos,
ni que el frío era tan frío
en estas islas.
Que el mar es tan grandioso
y majestuoso
Jamás imagine sentir hambre,
ni el dolor de las balas en la carne.
Quiero hablarte de mis sueños
Y mis miedos…
De mi novia, mis hermanos,
mis amigos
No me lleves aún. Dios mío…
sosténme de la mano
y dime que no ha sido
en vano
tanta lucha…
Y si me llevas porque ése es mi destino
permite que regrese hasta mis pagos
En la memoria de todos mis hermanos,
Y diles que aquí yace un guerrero.
4° Premio
Poesía: Los Arbustos Erguidos
Autor: Alejandro Rafael Alagón Ramón
Huesca, España
Poesía: Los Arbustos Erguidos
Autor: Alejandro Rafael Alagón Ramón
Huesca, España
LOS ARBUSTOS ERGUIDOS
A veces resucitan algunos
galeones
en el agua nostálgica y los
siglos se encogen,
deshacen la distancia que separa
los nombres
de los antepasados que avistaron
las islas,
el origen lejano de un segundo de
intriga.
Las nubes abandonan una lluvia
que viene
de los Andes y esconde su
ambición en los pastos,
y tropieza en las ruinas de un
avión derribado,
en las sencillas lápidas de unos
sueños caducos,
en los aniversarios mustios, no
tan distantes.
Allí donde perdura el recuerdo
del ser
perdido, en una tierra propensa a
los desgarros,
la emoción nos entrega unos
colores ásperos,
unos ríos de piedra que
discurren, tan secos,
que cruzan la planicie, la piel
del pastizal.
Cicatriza el océano la huella del
arpón,
la estela poderosa del barco
ballenero
que hasta ayer desafiaba la ley
del oleaje.
Hay leones marinos que, a menudo,
bucean
en los restos de un pecio, en su
mundo vacío.
Los arbustos erguidos como si
fueran mástiles
ocultan en su seno un litoral de
minas,
el idioma del miedo que ignora el
cormorán,
un silbido de polvo que agita sin
pudor
los carteles que avisan del
peligro de muerte.
Contemplo con respeto el nombre
de los muertos,
la herida mineral que todavía
dura,
la frialdad de los números que
apenas reconocen
la mínima emoción, los apellidos
mudos
que dejaron su huella profunda en
la historia.
Petreles y gaviotas explorarán
los páramos,
reunirán las marsopas sus viajes
en un verso,
un brezo frenará la furia de un
glaciar,
rescatarán los vientos lejanos
bergantines,
buscarán las Malvinas su alma en
los peñascos.
5° Premio
Poesía: Malvinas, Hoy, Ayer y Siempre
Autora: Marita Ragozza de Mandrini
Pehuajó (Prov. Bs.As.)
Autora: Marita Ragozza de Mandrini
Pehuajó (Prov. Bs.As.)
Frío
noche
estruendo
un pájaro con manos-garras
hiere los ojos jóvenes
en la edad del sol
estrellas apagadas
llaman a nuestra puerta
prohibido llorar
sobre vivos o muertos
hay que escudriñar las entrañas
y ver el corazón de los combatientes
en un injerto de luna y desierto
conocer qué roja es la rosa
en las islas de nuestro sueño
oír el viento y los sollozos atlánticos
respirar juntos la ternura de nieve
y sobre la tempestad
silencio
mar
y el extenuado blanco de nuestra
querida tierra malvinense
sentir las pisadas de los soldados-niños
como quijotes blancos y celestes.
Entre los hilos de la memoria
hay rumor de altura y luceros
ofrendas de amor y vida
en el ágora del lirio y la tragedia
6° Premio
Poesía: Nadie Olvida Nada
Mathias Hernán Caroni
Necochea
Necochea
Nadie olvida nada y nada muere
Las heridas que quedaron aun nos duelen;
Los pasos al costado en la trinchera,
Luces que encandilan las ojeras.
Disparos que aun cuelgan en el viento,
No había pausas que devuelvan el aliento
Hubo rezos que excedían la religión
Era aferrarse a pesar de aquel dolor.
El sol del fin del mundo les mostraba
El paisaje de una guerra infundada;
No hay muerte justa ni justificada
Solo la urgencia si la patria lo reclama.
Un otoño que congela el infierno
Hojarascas que alimentan el incendio
Testamentos sin autor que se sepultan
Bajo cuerpos que los jefes nos ocultan.
Setenta días que le roba al calendario
La desgracia para armar un escenario
Hubo miedo y sudor en su equipaje
Pero nunca le ganaron al coraje.
Hoy hay placas que revuelven la tristeza
Cada jefe cargara en su cabeza
Los fantasmas de lo injusto los persiguen;
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