Cómo definiría el arte de
escribir microrrelatos?
El
microrrelato es un arte dentro de un arte más complejo y maravilloso que es la literatura. Cuando nos atrevemos a
incursionar en este subgénero, sabemos que caminamos por la cornisa del
espacio, de la palabra, del límite impreciso del decir. Creo que ahí radica el
arte de escribir microrrelato.
Podría relatarnos un poco
de su autobiografía literaria?
Escribo desde que soy pequeño. Allá por
1995 (con 17 añitos) publiqué mi primer libro de cuentos: “Pasaje a la
ilusión”. No volví a incursionar en el mundo del libro publicado hasta 2011,
cuando presenté “Tinarerías”, un compendio de poesía de varias etapas
literarias. He participado en decenas de encuentros literarios y Ferias de
Libro a lo largo de toda Argentina. He recibido numerosas distinciones a nivel
local, provincial, nacional e internacional ya sea en poesía, prosa poética y
narrativa entre las que, con mayor orgullo, siempre recuerdo el 1er. Premio en
el Certamen de Microrrelatos, Quequén 2016.
Qué lo atrajo del mundo
de las letras?
Como
dice Cortázar en “Un tal Lucas”: todos somos lectores y, en algún momento, nos
pasamos al otro lado y comenzamos a escribir. En mi caso los libros siempre
fueron una puerta a la fantasía, a la posibilidad de conocer historias que me
permitieran soñar, imaginar, crear. Desde pequeño en las siestas interminables
(siempre son interminables las siestas para los chicos, jejeje) la literatura
me acompañó en todo momento. Y entonces me aventuraba en los mares de la
Malasia con Sandokán de Emilio Salgari, viajaba al centro de la tierra o a
bordo del Nautilus con Julio Verne o con las inolvidables historias de Monteiro
Lobato, Enid Blyton, María Elena Walsh y tantos otros.
La
literatura siempre estuvo a mi lado. Y un día pasé para el otro lado y comencé
a crear mis propias historias. Y hasta ahora sigo en ese camino.
Cómo definiría su estilo narrativo,
y que escritores influyeron en su escritura?
Creo
que mi estilo es bastante críptico, entendiendo lo críptico no desde la
ampulosidad de utilizar términos complejos por mero afán “intelectualoide”…
sino desde el espacio del neologismo, de la búsqueda de la sencillez en la
belleza de la palabra.
Dentro
de los autores que más influyeron en mi obra, sin duda, ubico a Eduardo
Galeano. Creo que todos somos un poco “Salieris” de don Eduardo. Su prosa
poética, su búsqueda de nuevo términos, su capacidad de encontrar la belleza en
el decir y el sentir, lo transforman en un referente ineludible.
Pero,
obviamente, no puedo dejar de mencionar a un Cortázar, a un Borges, a un
Soriano que fueron signando mis huellas en este mundo de la palabra.
Qué microrrelato adoptaría
como bandera si tuviera que decidir?
Ufff!!
Difícil decisión. Creo que cada microrrelato tiene una impronta particular que
lo hace único, innegociable desde la decisión de elegir. No obstante hay uno
por el cual tengo un afecto particular y es el siguiente:
PALABRA
Agazapada en la tinta, la palabra espera….
Aún ignora destinos de metáfora herética o de estocada salitre…
Es, apenas, palabra que está naciendo en la brisa de las tres y
que esconde el misterio de la voz del poeta.
Yo, simplemente, soy ese bucanero que le regala el sol….
Desde su comienzo cómo ve
la transformación de su narrativa a través del tiempo?
Comencé escribiendo cuentos. Una narrativa sencilla,
que buscaba la sorpresa del descenlace. Poco a poco me fui inclinando hacia el
mundo de la poesía, por esa necesidad de decir lo máximo con el mínimo número
de palabras, por esa necesidad de que cada palabra cuente, que cada palabra
signifique (no desde el significado sino desde la significación) un mundo
inmenso. Y por ahí sigo, abierto al cambio.
Usted considera que
se nace o se hace escritor?
Un
escritor nace y se hace. Es indudable que no se puede obligar a escribir. Cada
uno trae desde la cuna ese placer por escribir. El “se hace” tiene que ver con
la búsqueda estilística, con el trabajo que se le imprime a la inspiración.
Qué consejos le daría a
un joven escritor?
Consejo:
que se anime a compartir sus producciones. Que no niegue al mundo su arte. Que
la originalidad del trabajo radica en la pasión que le regale a sus textos. Que
se olvide del prejuicio y de la limitación de la hoja en blanco. Que la palabra
fluye y uno, simplemente, la descubre.
Cómo ve el camino para
editar?
El
camino para editar un texto no es sencillo. O, al menos, no lo es si esperamos
que una editorial publique nuestros textos. Es muy difícil que estas empresas,
que reciben a diario cientos de manuscritos, se fijen en nuestra obra con el
tiempo y el profesionalismo que nos gustaría se atribuyera al mencionado
material. Por eso creo en la autoedición que, si bien es engorrosa (costos,
correcciones, etc.) es una manera práctica de llevar a la masividad nuestras
producciones. Autoedición o publicaciones virtuales que tienen la inmensa
posibilidad de dar la vuelta al mundo desde una computadora hogareña.
Qué espera lograr desde el microrrelato?
Desde
el microrrelato (desde la literatura toda) espero crear lazos con los lectores.
Puentes que comuniquen sentimientos, sueños, afinidades. Senderos que me
permitan vincular con el entorno y con mi propio ser. La literatura es eso:
hilos invisibles que nos unen, que nos acercan, que nos transforman…
Cuál es su libro de
cabecera y que libros recomienda leer?
Uhhh!!!
Difícil decirlo, tan injusto elegir uno!!!! Pero bueh, ahí vamos: Libro de cabecera: “Memorias del Fuego”, de
Eduardo Galeano. Para recomendar? El libro de los abrazos, de Galeano; Cien
años de soledad, de García Márquez; Todos los fuegos, el fuego, Rayuela, (Cortázar), Los sapos de la Memoria (Graciela
Bialet); todo Verne, todo Salgari, todo Monteiro Lobato; “no habrá más penas ni
olvidos” (Soriano), La casa de los espíritus (Allende); Ficciones (de Borges),
“Esperándolo a Tito y otros cuentos” de Sacheri y mil, millones más!!!!
Utiliza los nuevos
canales de difusión cibernética?
Utilizo
muchísimo las redes sociales para difundir mis textos (Facebook,
fundamentalmente). Creo, como dije en una pregunta anterior, las nuevas formas
de comunicación virtual nos abren un horizonte INIMAGINABLE para mostrar
nuestros textos al mundo. Además… creo que el Aleph (ese espacio en donde cabe
el mundo, dixit Borges) está en la red, en la web. Por qué negarnos a
utilizarla?
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