miércoles, 15 de junio de 2016

3°,4° y 5° PREMIOS DEL CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESIA EN HOMENAJE A PINOCHO



3° premio

Amor y madera

Una estrella cobró vida,
el cielo se iluminó,
convertida en suave brisa,
invadió la habitación,
un carpintero dormía,
junto al tic tac del reloj,
despertándose de prisa
apenas la luz llegó;
esbozó una sonrisa
hacia el cercano rincón,
abrió firme sus pupilas
cuando una voz lo llamó;
su muñeco de madera,
hacia él se dirigió,
parecía tener alma,
y latir el corazón.
Las lágrimas recorrían
su rostro con emoción,
aquel hijo que él quería
ya no era una ilusión,
un destello refulgía
en su piel melocotón,
dulce mirada lucía ,
como si brillara el sol.
La estrella era su madrina,
en hada se convirtió,
nueva esperanza traía,
el anciano agradeció,
dejó volar la alegría
a ese niño se abrazó,
ya no era una utopía,
su Pinocho despertó.
Un desafío rugía,
fiel destino para dos,
donde eterno brotaría,
con cada sueño el amor.
El hada se despedía,
hacia el cielo regresó,
-pero cuenta la leyenda-
que por siempre, los cuidó.

Sheina Lee Leoni Handel - Uruguay

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4° Premio
“EN CONMEMORACIÓN DE PINOCHO”

Vamos a celebrar al niño que antes era
un niño de madera nacido entre herramientas
que cuando profería razones deshonestas
veía su nariz crecer sobremanera.

¡Qué mucho nos enseña su vida aventurera
de cómo nos seducen el mundo y sus ofertas!
Amigo, si tú sientes llevar el mundo a cuestas,
Recuerda esta historia, no dejes que se muera,

procura que tus prisas se borren en la nada
y cambia el rostro huraño, de rígida madera,
por una gran sonrisa tocada por un hada.

La vida adulta, amigo, nos ata sin piedad...
¡Deshazte de esos hilos para que te conviertas
también, como Pinocho, en un niño de verdad!
 Carlos Mal – México

5° Premio

Mi Cuerpo extraño
No soy
lo que mi nombre dice.
Pero si fuera así,
mira a lo que
tus ojos no pueden ver.
Había una vez alguien diferente,
hijo único de un carpintero, muy parecido a otra gente.
La vida se me presentó en un periquete,
con el mal del mundo y el pecado interiorizado y
por dinero fui traicionado.
Por mi desobediencia, como un náufrago en alta mar
a mi padre, arrepentido, quiero regresar.
Nazco de la madera bruta y
de madera son mis hermanos.
Ciegos y cojos los consejos que junto,
¿Quién siembra oro, qué recoge?
Milagro terrenal de agua, tierra y una pizca de sal
sigo atravesando el aire y el fuego
y por el vacío, la luz regresaré a mirar.
La niñez es un punto de partida y sigue
desde la tentación hasta la oportunidad
con nudos sin hilos de desatar.
Soy yo, soy el centro del mundo
sin hacerme el sabihondo.
A cada paso falso, a cada reprimenda, ahora sé:
“No hay mal que por bien no venga”.
Loco en mi desorden interior,
¿Cómo puede aparecer el diablo,
si visto de colgado, cabeza abajo?
Hasta la muerte se inclina a la vida y
con templanza todo se vuelve a
renovar: mi liberación, mi viaje
al mundo aspirando, al mundo llegaré.
Renegando a mi creador me escapo y
como una cabra estoy,
titánica es la rebelión que quema.
¡No se obtiene con las cadenas, la fidelidad!
Una mirada hambrienta a esta vida de iluminar,
¿Cuánto cuesta pasar a la otra orilla?
Del mar se regresa diferente, no es de extrañar!

Lara Zen, Vicenza, Italia

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