ESTACIÓN DE MI PUEBLO
Almanaques que tejen sus memorias
en urdimbres y tramas del pasado.
Estación ferroviaria de mi pueblo,
en recuerdos arrima tiempos gratos.
Edificio de inglesa
arquitectura
con el ocre tendido en el tejado,
de ferrosos sostenes en su alero
y perenne perfume de amarantos.
Un inmenso galpón descolorido
por el paso inclemente de los años,
con olor a cereales, lana, cueros,
justo premio al esfuerzo del trabajo.
Una ronda cercana de mugidos
que señala el lugar de los embarcos,
y en espera auroral, tarros lecheros,
con el lácteo producto que da el tambo.
Un bufido en metal,
locomotora,
con pitadas que expanden humo blanco,
por camino de rieles se desliza
sobre rudos durmientes de lapacho.
Los andenes, espacios para
encuentros
y cosechas de amigos entre extraños.
Hay pañuelos de tristes despedidas
y alegrías de vuelta en un abrazo.
En su entorno se alzaron
caseríos
que le dieron presencia de poblado.
almacén, herrería, bar, capilla,
un acervo que encierra climas calmos.
Por desidia quizás, hoy es
silencio.
estación que amodorra su letargo;
ilusiones perdidas entre rieles
y la angustia impotente del fracaso.
JUAN CARLOS PIRALI
DOLORES - Pcia BUENOS AIRES
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