jueves, 17 de septiembre de 2015

LORENZO JOSÉ LUENGO GANÓ EL 1° CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA EN HONOR AL VINO





CENTRO CULTURAL KEMKEM

 1° PREMIO
CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESIA EN HONOR AL VINO

Ganador: LORENZO JOSÉ LUENGO, Villa Gonnet, Pcia Bs As

El jurado Internacional del primer Certamen de poesía en Honor al Vino, falló, declarando ganador al poeta argentino Lorenzo José Luengo con la poesía “Poema y silencio”

Luengo nació el 21 de febrero de 1954 en Dolores Pcia. de Buenos Aires. Casado - Un Hijo. - Profesión: Abogado. – "Veterano de Guerra de Malvinas".

En 1982 se trasladó a nuestras Islas Malvinas para la participación como soldado conscripto en la Guerra de Malvinas con el Regimiento de Infantería Mecanizada 7º de La Plata.
Recibido de Procurador, Abogado y Escribano en la UNLP  actualmente se desempeña en la profesión de abogado.
En lo literario:
Escribe cuentos, poemas, relatos algunas novelas desde muy joven, pero nunca ha publicado comercialmente sus obras.
Sus poemas, muchos hechos canciones folclóricas, por cantores populares amigos y algunos cuentos, se conocen en la zona de Ajó y el Tuyu donde vivió muchos años.  


POEMA Y SILENCIO.

Este vino moreno
que hoy cae en mi copa.
Capital, que ahora tengo.
Los amigos, la copla.
Aquella que me quiso
y la llevó el destino.
Aquella que me quiere
y se embriaga conmigo,
mirando cómo crecen
y vuelan nuestros hijos.

Pero que cosas tiene,
este vino moreno.
Que empaña la vista,
aclarándome el recuerdo.
Desde allí, agradezco,
amigo, tu silencio.
De escuchar la palabra,
necesaria del verso.
Que ha de ser lo mejor,
de lo poco que tengo.

Mar, arena, Tuyú.
Una pampa, ese cielo.
Un lugar en el sur.
Dicen de donde vengo.
Yo en aquella guitarra
suelo hablarles de eso.
Si no hay nada mejor
que contar a mi pueblo.
Con voces que traigo,
arriando desde lejos.

Parece una mentira,
acaso sea cuento.
Transita la alegría
caminos tan diversos,
que en el vaso de vino
ocasiones encuentro,
Señales con el nombre
de los que tanto quiero.
Y aquellas miradas,
esenciales, de Ellos.

Si hay paisajes del alma.
Si el Dios, fuera cierto.
Yo que abrí las ventanas
y he saltado algún cerco.
Puedo hoy confesar
que al cielo me llevo.
El brindis de unos ojos.
Pasión del amor nuevo.
Y en la parras maduras,
el adiós, con un beso.

Al final del camino
seguro hallaremos,
la mesa y el mantel.
Al calor de un alero.
Para poder beber,
en rescoldo, los sueños.
Con la copa de un vino
tan intacto y moreno,
que nos supo esperar
en poema y silencio.





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