Segundo premio
RETAMAS AMARILLAS
Si te espero
porque de amor se eclipsó el
reloj
y el tiempo se detuvo justo
antes,
me acompañan las olas
que castigan ese barco en alta
mar
y me acompaña la arena,
húmeda arena desolada,
imaginadas huellas
de blancos fantasmas, luna
blanca.
Si te espero
porque el viento empujó tu sombra
hasta otra puerta
y te dejas llevar por céfiros
nuevos,
me acompañará el susurro
de las retamas amarillas
que iluminaron de amor a mis
pupilas.
Y como una retama,
delgados tallos,
pequeñas hojas,
se adaptará el alma a tus
destiempos.
Y como la retama que protege los
suelos,
protegeré mi ilusión de tus
incendios.
Si te espero
y se mecen las hojas,
si te espero
y resuena el asfalto,
si te espero
y hay vibraciones en el aire
será que llegas…
Mirta Nancy Almassio
Necochea
Tercer Premio
Extraños
Conocidos
Dos extraños conocidos
forzando un frágil destino
desafiando toda lógica
coincidieron sus caminos.
Nunca se vieron jamás
desde siempre se han sentido,
sus miradas se buscaron
y siguieron sus instintos.
Se morían por besarse
los extraños conocidos
la vergüenza dijo ausente
y los tabúes inhibidos.
Se presentaron ahí mismos
sin complejos ni prejuicios
no ocultaron sus secretos
fueron siempre ellos mismos.
Se tocaron y entendieron
que era un presagio divino,
el quererse para siempre
descartando algún olvido.
Se ahorraron mil palabras
en los besos resumidos:
se entregaron con el alma
dos extraños conocidos.
Un futuro más perfecto
ni en sus sueños ha existido.
tantos años respirando
sin saber que no han vivido.
Descubrieron desde entonces
que la vida tiene sentido
y han dejado ya de ser
dos extraños conocidos.
Alberto J. Armando Espinoza
Moreno- Pcia. Buenos Aires
Cuarto Premio
Palabra pura o pura palabra
Cuando nada quede, cuando todo
pase
cuando nada sea y todo se acabe
reconocerás esta forma, esta
forma de hablarte.
Con sutileza de trapecio,
sensibilidad y sangre,
a flor del aire que no respira y
al suelo cae.
Cuando deje de ser lo que la
promesa ha olvidado
descubre en tus manos el nudo del
cielo
con las palabras sencillas que
escribí una tarde.
Tus palabras en las mías encontraron
descanso
abrazaron el eco y huyeron de la
mano.
Me dijiste y te dije con palabras
profundas
tan profundas que en el alma
encontraron regazo.
Y tal parece que nada queda y
todo ya ha pasado,
y de a poco lo que queda va
perdiendo su encanto.
Qué serán de las palabras que me
has dicho
y me has cantado.
Si el amor es más que palabras
cuando los hechos quedaron de
lado.
Y si a tus palabras las enamoró
el viento
El amor,
¿Fue amor?
Se
queda preguntando…
Ada Beatriz Cortes
La Rioja
Quinto Premio
Si volviera a verte, creería que el pasado se llevó mis pasos
o que el futuro me acercó a lo eterno.
Si volviera a verte, sentiría de nuevo el aire de pleamar
que respiraba con tu presencia y me colmaba de gozo.
Sentiría otra vez esas ganas de abrazarte, pero con un abrazo
infinito,
lleno de calor, para olvidar el abrazo final que me dejó tanto
frío.
Sentiría de nuevo ese amor que te tuve, ese amor diferente,
amor del que ama un sueño imposible, un amor incontable, un amor
en silencio.
Volvería a sentir la misma angustia de escuchar, doloroso, tu
secreto.
Volvería a confundir la sal del mar con mis lágrimas, hiriéndome
los labios.
Si volviera a verte, me sacaría el dolor de no haberte dicho que
te quedes,
no me animé, te rogué con mis ojos pero no con palabras.
Si volviera a verte, volvería a preguntarme como me pregunté mil
veces:
¿Por qué, mi amor, por qué?
Adriana Graciela Balocchi
Ciudad de Buenos Aires
Sexto Premio
Adorando a una Loca
Adoro tus depresiones porque abrigan mis
penas.
llenándome de placer a toda hora
en las noches sin estrellas y con estrellas
en mis pensamientos, en mi oraciones, en mi
silencio.
Te adoro por convicción
alocada de tus sentimientos revoltosos
de tus instintos a estar
encima de mi
de acariciarme en las tardes y gozarme mientras
llueve.
Te adoro por que eres
sexualmente una paciente especial
psicópata en la yerba,
esquizofrénica en la ducha
bipolar en la alfombra, y en
medio de tu trastorno de personalidad
me convierto en la medicina
que te seda.
Te adoro en los romances
frente al espejo
en tu sádica costumbre de
contar mis suspiros
de velarme el sueño, los sobresaltos y las
pesadillas.
Te adoro porque eres fuego,
eres tormenta.
Te adoro porque no
cansas
no lloras, ni aburres, no
desafina porque no cantas.
Te adoro cuando gritas en tus
locuras
cuando nos caemos de la cama
en tus convulsiones al terminar.
Te adoro porque unes placeres
y sonrisas
piel y perfume, porque eres
única innovando sorpresas
creando posiciones, convirtiendo la fantasía en
fraude
la energía en más energía, en más terremotos
incontrolables.
Te adoro porque a través de
ti me siento un loco bendecido
porque adoro tus violaciones
dementes, tus abrazos embrujados
tus besos con aliento a café.
Te adoro porque he conocido tus consejos
morbosos
tu poder de dominar mis poemas
y mis letras sin necesidad de aplausos.
Te adoro porque es mi obligación de sentirme
escritor en nuestra intimidad y artificio
dentro de un manicomio de placeres y más
placeres
placeres que rebosan mis ansias de
escribir estos versos.
Rolando A Perera Betancourt
Louisville, Estados Unidos
Séptimo Premio
Contradiciendo sueños
Despierto dudaste.
Entonces, mi amor te hizo libre.
Te dejé ir... sin contarte
que dormido gemiste
pidiéndome: - No te vayas.
Al tiempo, volviste.
Irremediablemente...
Y sin preguntas
juntos dormimos
los dos entrelazados.
Como en un juego infantil
de espejos enfrentados
eternamente y hasta el
infinito...
soñé que vos y yo
dormíamos abrazados.
Despierta y sorprendida,
esa mañana,
volví a hacer silencio
porque, vos, tu sueño me
contaste:
- Podía dormir con vos - dijiste
- ... y sin abrazarte.
Y otra vez te fuiste para
siempre,
por supuesto,
lamentando irte,
mientras yo, frente al espejo,
preguntaba:
* ¿Soñamos lo mismo o lo
contrario?
María Alejandra Camiña Bergalli
CABA
Octavo Premio
Camisa de amor
¡Qué magnífico es que el Sol se
mantenga en el aire!
Cantó una vez un ronco poeta que
se estrelló en la erótica de las constelaciones.
Ahí apareciste,
detrás de ese pensamiento añejado
en polvo de amores inconclusos,
tan repentina, ligera y pálida
ante el miedo de asomarme a ese
rincón que también era tuyo
porque tú con esa fiesta gestual
acaparabas todos los espacios
incluso los más estrechos, como
el refugio del sol en estos ojos triturados
por las ansias desencadenadas de
verte.
Pudiste ser la porción justa de
amor
esa donde se une la sémola
inalcanzable con el vino más amargo
-dicen los visitadores.
Otro era el placer que regalaba
esa serenidad tuya ante el mundo
cuando dejabas el juego gestual
en los galpones de mi memoria:
el horizonte corría emocionado
hacia tu mirar
y allí se quedaba, contemplándote
desde adentro.
El éxtasis se derrumbó en un
segundo.
Esa esquina que le arrebataste a
todas las ciudades
se desmoronó en las sombras más
dañinas,
incluso el farol que allí reside,
y que te observaba con una luz
escapista,
se apagó eternamente (quizás)
cuando impactó en ti la
modernidad en ruedas.
Pudiste ser la porción justa de
amor
esa donde se unen las pastas con
el jugo de mandarinas
-dicen los visitadores.
Dicen aquello sollozando en los
asientos amigables del manicomio,
sobre todo cuando me ven llorar
la única foto que te alcancé a tomar.
No saben que lloro con una
felicidad inmensa.
Ignoran, Ariadne, que todo el
amor ya hemos hecho
porque lograste desgarrar esa
quietud intratable que me aquejaba realmente.
Walter Fernando Ravello Díaz
Chile
Noveno Premio
Miel salada
Te espero…
y alumbro el camino
con la antorcha de mi mirada
perpetua antorcha
de agitación verdosa de guayabo
anzuelo que enciende el aroma intenso del amor
para tu llegada que nunca fue partida.
La miel salada de la ausencia alarga la noche
noche vestida de espera y feroz silencio
desvelado silencio
La insistencia del mar
pulsa una guitarra desnuda
celeste guitarra de notas
clavadas en olas sedientas
de rojos licores de estrellas
y acorta la extensa lejanía
larguísima lejanía del sentir adentro.
La marejada de la memoria deshilvana
la ebriedad del recuerdo
y el requiebro silvestre de mujer
hierve en el pienso del ardor tuyo
y todo arde en la espera / todo arde
y me trago entero el viento que canta
el titilar azulado de los astros de Neruda
el corto amor el largo olvido
y sus versos más tristes
con hambre de brújulas en acecho
para tu llegada que nunca fue partida.
Te espero con palabras jamás dichas
con complicidad de luna / solitario girasol
lazarillo de las noches
noches marinas en las que te imagino llegar
te imagino llegar sin que te llame
tatuado con cadenas en libertad
al remanso de mi tierra prometida…
Teresa Díaz Sánchez
Uruguay
Décimo Premio
'La cabeza llena de pájaros'
Tenía la cabeza llena de pájaros,
cuando soplaba el viento del
norte salía volando en busca de nuevos horizontes.
Tenía el estómago lleno de
mariposas,
en las noches de luna llena le
hacían tantas cosquillas que no le dejaban dormir.
Tenía la sonrisa más maravillosa
que he visto jamás,
al desentonar en exceso con el
mundo que la rodeaba se sentía obligada a ocultarla.
Y yo... Yo la tenía a ella,
cuando no salía volando,
tenía sus mariposas, que me
dejaban el sueño y me quitaban el hambre,
tenía su sonrisa, combinaba a la
perfección con el microuniverso que habíamos tejido.
Nos bastaba con eso, hasta que
dejó de bastarnos,
hasta que nos dejamos convencer
de que eso no era suficiente,
Suficiente para qué? Para quién?
No hayamos respuesta, tampoco
supimos seguir sin ella.
Elena Cienfuegos
España
Mención Especial
Hablemos
Hablemos de ti y de mí,
de la luciérnaga
que has puesto entre los pasos,
de lo fácil que es caminar
por la ribera tosca
enardecida con canciones de
madera.
Hablemos del solsticio de
primavera
que creaste para que fuera tú.
Tú, con música de New Age
serena y a la vez indomable
colgándose de nuestras muñecas.
Hablemos del dulce peso de la
rosa,
del triunfo del agua contra la
arena,
del alba libre y en pie
cuando nos entregamos al día,
al querer,
queriéndonos despacio.
Hablemos...
Silvia Savall Pelegrí
Valencia, España
Mención especial
Amor de río
Como el Quequén trasparente y
primero
corre dulce entre azules cascadas
goza libre, hasta que siente la
nada
porque busca más en algún enero.
Se funde con la salada
inmensidad.
La pleamar de septiembre lo hace
vivir
y en las turbonadas parece morir,
pero se miente un sueño de
eternidad.
Nada menos finito bajo este sol
y a la vez nada más inapresable
que el alma del río, del mar, del
amor.
Amor de río, destino trazado.
Inocente viaja hacia el agua
madre:
el mar, siempre en estado
enamorado.
Carmen Úbeda
Santa Fe
Mención Especial
La boda
Yo perdí la memoria del tiempo
cuando juntos salimos del templo,
miré atrás y sólo vi sombras,
y a tu lado caminé sonriendo.
Con la dulce ilusión de la boda
en mis ojos brilló una lágrima
y cual perla pequeña de nácar
rodó fugitiva en la alfombra.
Con el blanco vestido de novia
yo sentía temblar a mi cuerpo.
en mi mano llevaba una alianza
y en mi pecho tu juramento.
Con mi velo cubrí los recuerdos
y arrojé los azahares al viento,
de tu mano transité una vida
y de amarte no me arrepiento.
María Dora Vergniaud
Trenque Lauquen
Mención especial
¿Qué más es la poesía?
El poeta de lirios
Es un bello canto a la patria,
es un llanto en el atrio,
es un sentimiento partido en
sílabas,
es una emoción divida en
estrofas,
es una lágrima compartida en
letras,
es felicidad escrita en cartas,
es amor en dulce lírica.
¡Oh Poesía!
bella dama mía:
chocolates, rosas
y tulipanes.
Noche de amantes delirantes,
historias secretas indigentes,
versos y besos primaverales.
Vida compartida
en corazones separados
versos inspirados, cuerpos
sufridos.
Espíritus consumados
los amantes le componen,
a su corazón les escriben:
a la poesía, dama mía.
Marcos Antonio Pareja Sosa
Panama
MENCION ESPECIAL
DESPUÉS DE SUMERGIRNOS EN EL MAR
Después de sumergirnos en el mar
quedamos llenos de algas
y conchillas pegadas en nuestros
cuerpos.
Entonces decidimos darnos un
baño…pero…como se ve,
algo del mar me quedo en la
cara…algo que tu tierna caricia
no pudo sacar…
cómo nos puede el mar a los dos…!
vamos a terminar viejos cerca de
èl
Maria Claudia Marchese