El jurado presidido por la distinguida escritora y poeta Argentina, Adela Disteffano dio a conocer su fallo:
PRIMER PREMIO
CONFESIÓN
No digas nada, no sé cómo pasó,
creeme. Estaba durmiendo la siesta, desnudo, viste el calor que hizo. De
repente, ella me despertó con un beso y un dulce jugueteo desde la garganta
hasta el ombligo. Me miraba con candor, con inocencia. Tenía los labios
separados, como si respirara con suave dificultad. No pude resistir, acaricié
sus pequeños pezones, la tibieza de sus tetitas. Frunció los labios, como
asombrada y yo seguí, seguí bajando. El calor de sus muslos me estimulaban, la
penetré y cuando dijo:- Quereme bien primo, no me hagas doler- eyaculé.
Alicia Leonor Orlando
C.A.B.A. - ARGENTINA
SEGUNDO PREMIO
Ser mujer
La decisión la había tomado antes que apareciera en mi vida, él solo fue el detonante.
Abrió la puerta y sonrió yo deje
que sus labios se posaran en los míos, sin pronunciar palabra alguna.
Era mi primera vez, todo mi
cuerpo reclamaba ese instante, comenzó a desvestirme, lentamente, besando cada
parte de mi piel, que me exigía volvernos uno. Su miembro enardecido roce con
mis dedos, con mis labios, luego penetro en mi ser y aun en el dolor de la
primera vez, mi cuerpo de hombre, tuvo el placer… de ser mujer.
Santiago Ernesto Müller
Brinkmann, Córdoba
TERCER PREMIO
DULCE COMPAÑIA.
Ardientes brazos la llevaron a la alcoba. El mismo pintó con bermellón sus pulposos labios e igualmente encendió sus mejillas con vivos polvos, bañó el resto de torso con esencias milenarias y la perfumó íntegramente. Empapó sus excitantes pies en añejosos vinos y atándole doradas zapatillas, se hizo esclavo finalmente de su virgen cuerpo y tanto la besó con ardentía, que sus labios en clímax desangraron. Indómito, gritando la vertió al lecho y desnudo, dejó caer su enloquecido cuerpo sobre ella con tanta sed de sexo que el inflable no resistió y explotó.
Cedritos, Bogotá, Colombia.
CUARTO PREMIO
Siempre
Era nuestra primera vez y fue maravillosa. Nuestras pieles festejaron juntas, nuestros olores, sabores derritieron las últimas barreras. Ya nada se interpuso en ese placer, placer que hoy, treinta y cinco años después se repite día a día, semana a semana. Cada vez que estamos en la cama vuelve aquella primera vez, aquel descubrimiento y cada día bebemos aquellas mieles y rejuvenecemos allí, donde más placer se siente. Tu boca, mi boca, tu boca, mi pene, mi boca, tu vulva, mi pene, tu vulva, el orden no importa. Somos siempre vírgenes. Siempre estamos descubriéndonos.
Omar Julio Zárate
Maquinista Savio, Buenos Aires
QUINTO PREMIO
Rojo.
Rojo nublaba sus iris. Rojo se extendía en toda la habitación. Respiraban rojo.
Él no quiso ser bruto, pero
disfruto arrancarle la ropa. Ella no quiso ser caníbal, pero mordió cada
centímetro de la piel de él. Él no quiso lastimarla, pero no pudo controlar sus
embestidas. Ella no quiso marcarlo, pero no pudo dejar de clavar las uñas en su
espalda.Él quería todo de ella. Ella quería todo de él. Entre susurros y
jadeos, él presiono su mano encima del pecho de ella, y ella sobre el de él.
Tocandose profundo, de rojo amor se tiño el placer.
Shaiel Vidal
Lanús, Buenos Aires
MENCION ESPECIAL
EL DÍA DE ELLOS.
Las sábanas ya molestaban, ellos
a pesar de la vergüenza las retiraron. No eran hermosos ni se engañaban creyendo
que lo eran, se abrazaron fuertemente y ambos desnudos, hicieron nacer el amor
y se miraron, se besaron, se adoraron, mil veces esa noche. Igual, aunque solo
hubiese sido por unos pocos minutos, hubiesen vivido por fin y al fin, su
pequeña historia de amor. La luz de los faroles que se filtraba por las
rendijas de las persianas, se fue transformando en los rayos del sol del nuevo
día, el día de ellos.
Rolando José Di Lorenzo
Necochea
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