miércoles, 15 de agosto de 2018

2° AL 10° PREMIOS DEL I CERTAMEN INTERNACIONAL DE MICRORRELATOS A LOS FAROS



SEGUNDO PREMIO

Querandí, donde acaban las dunas

La mística alrededor del faro suponía un largo viaje y parajes desconocidos, Una promesa de revelaciones, desde la tormenta que recibió a los viajeros hasta los pactos que atesorarían para siempre
El tiempo no podía medirse, excepto en las pulsaciones de sus almas
La travesía hacia la reserva superó cada postal , espejos de agua en relieve y el faro, imponente, sosteniendo las volátiles dunas, monitor del bosque , centinela de barcos y marinos.
Los escalones fueron celebraciones de instantes compartidos.
Ellos seguían tejiendo su historia de amor en un mapa lleno de destinos pendientes.





Paola Ippolito

Pinamar


 
TERCER PREMIO

EN EL FARO
Ayer fui a visitar a mi abuelo a la cárcel; me contó lo sacrificado que fue ser el sereno del faro, porque tenía que estar toda la noche observando que las lentes de Fresnel no se apagaran y de día, mantener el lente limpio para la mejor iluminación. Me contó que esa noche, cuando se apagaron todas las luces, y las luces de emergencia no se encendieron, alguien dejó dentro del faro, el cadáver de un hombre apuñalado y él no supo aclarar cómo llegó. Lo encontraron culpable, lo condenaron, y aún hoy, está pagando la pena.


Amalú Llamas Irazábal
Ciudad Autónoma de Buenos Aires







CUARTO PREMIO

EL FARO DE LA BRUJA


Traicioneras aguas temían los marinos, así doblaran el Cabo de Hornos o de Buena Esperanza. Una cruz de aire por el buen compañero que antaño allí destinaran y su mujer amada. De noche, encendido parece convocar peligros más que los soslaya; su luz roja es ojo siniestro, su estructura, las rocas que lo alzan forman silueta de bruja que en las tinieblas aguarda, como la rencorosa esposa, despechada vieja avara y su venganza. Muchos años después hallaron la torre por fuera firmemente cerrada; y adentro unidos en un abrazo los huesos de quienes se amaran.



Alejandra Estela Sotelo Fareland

Buenos Aires, Argentina.




QUINTO PREMIO

Faro

Bastión solitario que emerges desde la garganta profunda del mar, para cumplir estoico tu designio tutelar, entre la bravura de las olas que azotan tus muros helados de piedra y sal, sin contemplaciones, ni piedad.
Como aquel hermano lejano que nació suntuoso y magnífico en Faro, resistiendo amor y temblores por siglos, Tú te elevas magnánimo buscando altura, cual gaviotas en vuelo, para que tu resplandor intermitente guíe a los navegantes en la cerrazón de la noche, palpitando el final de su viaje.
Mudo emblema que inspiras poetas, te rinden homenaje los vientos y la marea.


Liliana María Garaffo

BELL VILLE - (CBA)


SEXTO PREMIO


El faro

Como todas las noches, me dispuse a caminar hacia el faro. La potente luz me guiaba. Conocía la senda y esta vez nada me impediría llegar hasta arriba. Imaginaba los peligros al subir la escalera de caracol, estrechándose a cada paso, pero valdría la pena. Continué con cautela, sintiendo cómo se agitaba mi respiración al acercarme a la torre.
Cuando mi mano alcanzaba el cerrojo de la puerta, recibí el acostumbrado beso en la frente y quedé en la oscuridad. La luz del faro se extinguió sobre la mesa de noche, entre las hojas cerradas del libro.





Edith Montiel

Neuquén





SÉPTIMO PREMIO

Faro


Mira desde su ventana el edificio más alto de la ciudad. Siente vértigo al pensar en el balcón del último piso, rodeado solo por aire. Imagina la fuerza del viento. Imagina cómo deben sentirse las ráfagas heladas de este invierno. La luz todavía encendida le devuelve la mirada. Un faro ilumina la noche solo para ella hasta que alguien, allá lejos, decida que es hora de irse a dormir.

Laura Ramírez 
CABA






OCTAVO PREMIO

A los Faros

Juan mira el Faro, se emociona, a su sombra ha hecho tantas veces el amor. Le dicen “el gran desquite”. Se despide de Alma. Él no puede dejar el mar y ella necesita una compañía de arcilla.
El faro es testigo mágico de otras ciudades, nuevas tabernas, otra vez
Juan ve en el alba su Faro. Reza, sin saber por qué. Pasaron nueve lunas, Juan solo, Alma con su hijo. Ella ganó el desquite.
A los Faros hay que mirarlos y escucharlos son brújulas de las inquietudes, guían el universo en perfecta armonía.


María Angélica Pafundi.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




NOVENO PREMIO

Faro


El experto no daba con la solución. Su empresa presumía de una tecnología infalible para la completa automatización de las señales luminosas marítimas, lo que supondría grandes ahorros en personal y mantenimiento. Por la noche salió del faro para observar como la secuencia de destellos ignoraba la programación del sistema. En el abatimiento de la madrugada, la desesperación le llevó a traducir la intermitencia al código morse: e-n-r-i-q-u-e. Cuando amaneció llamó a la central para exponer su diagnóstico. Le extrañó no sorprenderse al decir: Echa de menos a su farero.


Jorge Gálvez Recuero.
Madrid, España



DÉCIMO PREMIO


 DESDE MI TUMBA


Huiste de mi amor y te desterraste a ser farera. Me encomendé entonces confinarme igualmente en los mares del mundo y no te hallé por más que te busqué día y noche.“Ni el faro de Quequén, ni el faro de Alejandría podrán desmentirme…”
Extenuado, aborté mi vida y con mi muerte, intenté encontrarte y de puerto en puerto y de faro en faro, naufragué como hoja seca sobre el agua buscando ser avistado por tu luz intermitente y creo que logré ser ubicado fue por la prensa amarillista al titular “Otro náufrago buscando el sueño americano”.


Gonzalo Prieto Barrera
 Bogotá, Colombia.

1 comentario:

  1. Pasión en los microrrelatos. En tiempos de confusión hace bien escribir estas historias, reconforta el espíritu y renace la Fe. La palabra es la gran generadora del encuentro.
    Gracias por haber participado y muy feliz por el premio. María Angélica Pafundi.

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