SEGUNDO PREMIO
Querandí, donde acaban las dunas
La mística alrededor del faro suponía un largo viaje y parajes desconocidos, Una promesa de revelaciones, desde la tormenta que recibió a los viajeros hasta los pactos que atesorarían para siempre
El tiempo no podía medirse, excepto en las pulsaciones de sus almas
La travesía hacia la reserva superó cada postal , espejos de agua en relieve y el faro, imponente, sosteniendo las volátiles dunas, monitor del bosque , centinela de barcos y marinos.
Los escalones fueron celebraciones de instantes compartidos.
Ellos seguían tejiendo su historia de amor en un mapa lleno de destinos pendientes.
Paola Ippolito
Pinamar
TERCER PREMIO
Ayer fui a visitar a mi abuelo a la cárcel; me contó lo
sacrificado que fue ser el sereno del faro, porque tenía que estar toda la
noche observando que las lentes de Fresnel no se apagaran y de día, mantener el
lente limpio para la mejor iluminación. Me contó que esa noche, cuando se
apagaron todas las luces, y las luces de emergencia no se encendieron, alguien
dejó dentro del faro, el cadáver de un hombre apuñalado y él no supo aclarar
cómo llegó. Lo encontraron culpable, lo condenaron, y aún hoy, está pagando la
pena.
Amalú Llamas IrazábalCiudad Autónoma de Buenos Aires
CUARTO PREMIO
EL FARO DE LA BRUJA
Alejandra Estela Sotelo Fareland
Buenos Aires, Argentina.
QUINTO PREMIO
Faro
Bastión solitario que emerges desde la garganta profunda del mar, para cumplir estoico tu designio tutelar, entre la bravura de las olas que azotan tus muros helados de piedra y sal, sin contemplaciones, ni piedad.
Como aquel hermano lejano que nació suntuoso y magnífico en Faro, resistiendo amor y temblores por siglos, Tú te elevas magnánimo buscando altura, cual gaviotas en vuelo, para que tu resplandor intermitente guíe a los navegantes en la cerrazón de la noche, palpitando el final de su viaje.
Liliana María Garaffo
BELL VILLE -
(CBA)
SEXTO PREMIO
El faro
Como todas las noches, me dispuse a caminar hacia el faro. La potente luz me guiaba. Conocía la senda y esta vez nada me impediría llegar hasta arriba. Imaginaba los peligros al subir la escalera de caracol, estrechándose a cada paso, pero valdría la pena. Continué con cautela, sintiendo cómo se agitaba mi respiración al acercarme a la torre.
Cuando mi mano alcanzaba el cerrojo de la puerta, recibí el acostumbrado beso en la frente y quedé en la oscuridad. La luz del faro se extinguió sobre la mesa de noche, entre las hojas cerradas del libro.
Edith Montiel
Neuquén
SÉPTIMO PREMIO
Laura Ramírez
CABA
OCTAVO PREMIO
Juan mira el Faro, se emociona, a su sombra ha hecho tantas veces el amor. Le dicen “el gran desquite”. Se despide de Alma. Él no puede dejar el mar y ella necesita una compañía de arcilla.
El faro es testigo mágico de otras ciudades, nuevas tabernas, otra vez
Juan ve en el alba su Faro. Reza, sin saber por qué. Pasaron nueve lunas, Juan solo, Alma con su hijo. Ella ganó el desquite.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
NOVENO PREMIO
Faro
Faro
Jorge Gálvez Recuero.
Madrid, España
DÉCIMO PREMIO
Huiste
de mi amor y te desterraste a ser farera. Me encomendé entonces confinarme
igualmente en los mares del mundo y no te hallé por más que te busqué día y
noche.“Ni el faro de Quequén, ni el faro de Alejandría podrán desmentirme…”
Extenuado,
aborté mi vida y con mi muerte, intenté encontrarte y de puerto en puerto y de
faro en faro, naufragué como hoja seca sobre el agua buscando ser avistado por
tu luz intermitente y creo que logré ser ubicado fue por la prensa amarillista
al titular “Otro náufrago buscando el sueño americano”.
Gonzalo Prieto Barrera
Bogotá, Colombia.
Pasión en los microrrelatos. En tiempos de confusión hace bien escribir estas historias, reconforta el espíritu y renace la Fe. La palabra es la gran generadora del encuentro.
ResponderEliminarGracias por haber participado y muy feliz por el premio. María Angélica Pafundi.