PRIMER PREMIO
Exploración
Te exploro con mis manos
caminantes,
en tu relieve, ardiendo en
desnudez.
Comienzo por los valles de tus
pies,
y escalo por tus piernas
incitantes.
Son tus muslos colinas
excitantes,
las exploro con lúbrica avidez.
Y clavo mi bandera, no una vez,
en tu cráter, con ímpetus
amantes.
Volcánicas montañas, tus caderas
se agitan al tremor de la
erupción.
Y mis manos ascienden más
laderas;
y conquistan, quemantes, al
pezón.
Al recorrer tu selva o cabellera,
tus lagos u ojos arden de pasión.
Francisco Javier López
Naranjo
Apía, Risaralda, Colombia
SEGUNDO PREMIO
«Lo tangible»
Tu inulta piel aguarda deshojada
debajo de la luz reblandecida
de la luna, que marcha distraída,
del desvelo que encarna tu morada.
La tarda noche trama su celada;
los amantes su gala complacida:
prodigios de sonámbula partida
con arrobos de impía madrugada.
Trazando el peregrino las praderas
recorre el cuerpo astral con embeleso,
vaivenes de montaña y de llanura
tiñen el carmesí de las hogueras.
Fiel deseo que abrasa con un beso
y manos enlazadas la ventura.
Jonatan C. Brach
Reconquista, Santa FéTERCER PREMIO
A la tibieza.
A la tibieza de tu piel desnuda
la recorren mil veces mis deseos
antes que la caricia suave y muda
perciba tu temblor y tus jadeos.
Descarta la pasión, toda la duda
y obliga ante el pecado, ser ateos.
Frente al beso esperado no hay ayuda
pues la sangre no sabe de rodeos.
Descúbrele a mis ojos la belleza
del fruto que mantiene la pureza
y espera para darme su remanso.
A mis labios que anhelan tus mejillas
déjalos que recorran tus orillas
que en los tuyos encuentren, el descanso.
Santiago Ernesto Müller
Brinkmann, Córdoba
CUARTO PREMIO
Tus vientos son las olas que navegan
Por la quilla de Mares quebradizos
A nubes que acarician mis hechizos
Me llevan a tormentas que me ciegan
Tus mil peñascos al comerlos ¡ruegan!
Que el mayor explorando tus mellizos
¡Escupa su gran numen en tus rizos!
Que ha playas de fricciones se congregan
Sublime está el calor en tu edificio
Germina el verde valle de tus gemas
Su olor, ¡es rojo ardiente de mi vicio!
Morder tu rojo dulce es mi dilema
No hacerlo ¡se convierte en mi suplicio!
¡Cortad este latido que me quema!
Carlos Erik López Cobos
Medellín de Bravo Veracruz, México
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